París desde una perspectiva única
Jean Beraud fue un amante de París, y cada una de sus obras atestiguan esto. Su arte fue producto de una París cambiante, París que amaba y que en esos cambios la veía con nostalgia, resignación, pero en general festejo. Y es que Jean Beraud vio como Paris mutaba de ser una ciudad antigua a ser el reservorio de fiestas, encuentros, entramados sociales y crecimiento. Una Paris estética, elegante, romántica y única. Pero su aporte, aparte de regalarnos grandiosas escenas de la vida en la calle en el interior de los salones parisinos. Tuvo que ver con una visión única y muy aguda de estos momentos particulares. Una obra, emblemática de él y que demuestra esto es La vuelta del entierro
La vuelta del entierro
La vuelta del entierro es un óleo que Jean Beraud retrató por primera vez. Es decir que es su primera pintura que lo saca del anonimato. Cabe destacar que si hay algo que no faltaba en París eran pintores y él era un o más del montón. Pero con esta obra él demuestra que aparte de su capacidad artística tiene una ojo filoso, observador y sensible. ¿Sino cómo es posible retratar ese momento justo en el que el entierro termina y comienza la vuelta a casa? Esa sensación de vacío, en ese instante decisivo como diría Cartier Bresson en el que salimos de la confrontación con la muerte y nos encontramos con la angustia existencial de volver a la vida común y corriente.
En esta escena hay una gran calle ancha parisina, como las que se ven hoy en día. Repleta de adoquines, mojados por la lluvia, algunos transeúntes y sus protagonistas de negro ya se disponen a las conversaciones de siempre y a volver a sus rutinas. La figura principal, un hombre de traje negro y galera, se enciende un cigarrillo. Seguro que en su caminata con la sola compañía de su cigarrillo se pondrá a reflexionar.
Jean Beraud
Vivió entre los años 1849 y 1935. Se encuentra hoy sepultado en el Cementerio de Montmartre, el mismo de aquella primera escena suya. Fue autor de otras grandes obras maestras que nos cuentan de su vida en París, con lo cual su obra tiene un gran valor histórico. El baile, Escena de la calle en París, La espera y Un día ventoso en el Pont das Arts. Obras maestras de una calidad única que nos muestran, como pocas, la Paris de aquella época.
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