Pintor, arquitecto y dibujante. Nació en Mar del Plata (Prov. de Bs. As.), el 18 de noviembre de 1908.
Hizo sus estudios en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó de arquitecto. También los realizó en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova” y tuvo por maestros a Torcelli y Ripamonte. Luego de un período de estudio al lado de maestros como Spilimbergo, Victorica y Gómez Cornet (1932-35), comenzó a producir obras con sentido monumental, tal el caso de El chico del pajarito (1937). Después viajó a Europa, y a su regreso, dio a conocer el óleo Patio santiagueño (1941). Ayudante de Alfaro Siquieros, disciplinado en la copia de Rembrandt, Velázquez y Massacio; concurrente en París al taller de grandes pintores como Braque, Picasso, Leger, André Lothé, asistente en Italia al atelier de Carrá y Sívori. A pesar de los diferentes estilos de esos pintores, Castagnino se inclinó hacia una pintura más constructiva. Comprometido con la pintura social representó lo más característico de esa tendencia, en línea con el muralismo mexicano, y consecuentemente, con la figuración del realismo socialista. De una segunda etapa del pintor quedan telas, tan significativas como Figura campesina (1943); El hombre del río; La Pascuala con el gallo y Desnudo de la Sina Sina, todos de 1948; El labrador (1950) o Rodeo en el Medunal (1951). “Pero la vocación por lo campero -dice el crítico Aldo Galli fue habitual y no excluyente; también tocó otras cuestiones como se aprecia en el óleo de 1951 “Homenaje a Boccioni” donde hay un pequeño collage. Allí, de un núcleo radiante, surgen en espiral las formas que acompañan agitadamente la escena, tal vez con el fin de exaltar el dinamismo con el que los futuristas trataron de reflejar la velocidad y el poder de las máquinas. Se nota, no obstante, la vocación figurativa, el deseo de acceder a una construcción más abierta”. Culmina en su evolución posterior En la fiesta y El tango, ambos de 1956, y de inmediato el carbón Bandoneonista (1957), donde persiste lo nacional, pero de una manera nostálgica, que se liga con el tango ya recordado y con una época que Borges también “dibujó” maravillosamente al decir de Galli. No se puede dejar de mencionar Las chimeneas (1958) y su destacada obra Mirando el tren, donde un grupo de gente humilde observa el paso de los vagones de la formación. En estas piezas, como en otras, retrató al hombre del paisaje suburbano y rural, junto a sus animales y costumbres, impulsado siempre por una imaginación creadora.
Quedan, además, Madre, una maternidad de 1967, o Amanecer en la explanada, de 1971, que muestran diferentes vetas temáticas y de modalidad. No estuvieron ausentes sus paisajes de Mar del Plata, que pintaba desde la costa. Hay que agregar sus grandes trabajos en espacios públicos como, por ejemplo, el de las galerías Pacífico, que hoy tienen un valor histórico y plástico incalculable. Por la argentinidad de sus temas y espíritu, alcanzó una popularidad poco común. Sus cuadros son apreciados porque se hallan sostenidos por dibujos realizados con maestría, resaltados por una melancólica concepción del color. Desde temprana edad, fue Castagnino un asiduo concurrente al Salón Nacional, en la que su obra fue coronada con importantes distinciones, tercer premio en 1943, segundo en 1944, primero en 1948; Gran Premio de Honor en 1961; Gran Premio de Honor Ministerio de Educación y Justicia en 1956, y el Gran Premio de Honor en 1961. También obtuvo premios significativos en los salones de Santa Fe, Córdoba y provincia de Buenos Aires. En 1949, presentó sus trabajos con éxito en París, e intervino en muestras de conjunto llevadas a cabo en esta capital, Washington, Lima, Varsovia, Bucarest, Leningrado, Moscú, Quito, Nueva York, México, Río de Janeiro, San Pablo, y Saigón. Sus premios extranjeros más importantes son la Medalla de Honor en pintura de la Feria Internacional de Bruselas (1958), Premio Especial al Dibujo en la II Bienal de México (1962) y el del Salón Internacional de Saigón (1962-63). Está representado en numerosos museos. Ha ilustrado con magníficos dibujos la edición de Martín Fierro realizada por Eudeba en 1962. Fue miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, desde 1963. Ha efectuado numerosas obras de carácter mural. Entre ellas se destacan: La ofrenda de la Nueva Tierra, en la Sociedad Hebraica Argentina y Mujer trabajando, en Veladas de Estudios, Biblioteca y Centro Cultural, Avellaneda (Prov. de Bs. As.). Falleció en Buenos Aires, en 1972.