Suzanne Valadon

De trapecista a pintora

Suzanne Valadon vivió en Montmartre. Hoy es icono de la modernidad y del lugar conquistado por las mujeres. Fue una dibujante y artista plástica de excelencia que se desenvolvió en un mundo de hombres en pleno Montmartre de París, cuando este fue cuna del arte, la belle epoque y luego del impresionismo. En changas y bambalinas, desde una familia humilde y errática hasta consolidarse como una gran pintora pasaron muchas cosas. Sin duda, el hilo conductor de todo fue su gran capacidad de trabajo, su resiliencia y su gran don artístico que permitió que cultivara el nombre de Suzanne Valadon en un mundo copado por hombres impresionistas.

Una vida intensa

Suzanne Valadon tuvo una vida intensa, caracterizada por el trabajo y los cambios, tanto desde lo laboral como desde lo personal. Nació en el año 1865 y su mamá trabajaba haciendo tareas de limpieza y lavandería. Pasó por diferentes trabajos esporádicos y fue finalmente trapecista, hasta que se lesionó fuertemente y tuvo que empezar a modelar. Fue en esos modelados a pintores impresionistas que empezó a olfatear lo que era el mundo del arte y se descubrió ella misma dibujando y pintando. Sería su gran amigo Edgar Degas quien la alentaría a ir por más y animarse a probar suerte. Así lo hizo y lo tuvo. Suzanne Valadon se constituyó como una gran pintora impresionista. No sin tropiezos y malos momentos, pero lo logró. En materia sentimental tuvo varias parejas, se divorció y tuvo un hijo, el famoso pintor de Montmartre Maurice Utrillo.

Estilo

Único, así se puede definir su estilo. Impresionista, su composición mezclaba lo femenino y lo osado a la vez. Pocas mujeres pintaron desnudos en su época, ella sin tapujos y clichés lo hizo. Su capacidad para mezclar colores, estampados y patrones sólo se puede comparar a como hoy se hace mezclando diferentes influencias étnicas y modas. Ella adelantada para su época, podía mezclar un rayado azul y blanco, con un vestido floreado y hacerlo con un equilibrio y estéticas únicas.

La bebedora

Aquí Suzanne Valadon nos muestra un aspecto distinto, osado y reo de la mujer. Nos muestra en este óleo sobre lienzo a una mujer sentada en un bar, de perfil, bebiendo. Con un trazo ágil, dinámico, impresionista y un fondo fundamentalmente de ocreas y amarillos. Ella aparece con el pelo recogido, una camisa y su mano sobre el mentón. Se encuentra mirando el horizonte con la mirada perdida. Quien sabe pensar en qué. Suzanne Valadon era una mujer distinta y se anima a retratar a mujeres también con vidas y en situaciones diferentes.

Mujer desnuda con chal azul

Aquí un desnudo realmente osado de Suzanne Valadon. En un fondo de azules que hacen juego con el chal azul se ve a una mujer de frente, sentada y completamente desnuda. En esta obra del año 1930 se observa a la mujer mirando de costado, en una actitud claramente de pose, totalmente expuesta y con los brazos a los costados. Por detrás también se observa una gran chimenea y un gran tablón. Los desnudos de Valadon eran anatómicos, buscaban ser crudos y honestos sin apuntar tanto a la sensualidad. La luz no era camuflada sino más bien directa y apuntando al sujeto.

El cuarto azul

Este retrato es el que sintetiza todo el estilo de Suzanne Valadon. Un retrato osado, carnal y directo de una mujer recostada en una cama mirando de frente y con el brazo por que se reclina por detrás. Es una mujer corpulenta, algo varonil con un cigarrillo en la boca y mirando como a un costado Su ropa no parece de su época, perfectamente podría tratarse de una mujer en sus pijamas en la actualidad. Un pijama rayado entre verdes y blancos y diferentes estampas de flores y colores se salpican entre las sábanas, almohadas, acolchado y cortinas. Un juego de colores y estampas único que sólo sabía combinar de aquella manera única Suzanne Valadon.

Del trapecio a la pintura fue Suzanne Valadon, una vida de una artista dotada e intensa que supo dejar en el mundo del arte su propio encanto, estilo y carácter personal. Murió en el año 1938 de un accidente cerebro vascular, dejando tras de sí una gran obra, un hijo y muchas amistades cultivadas.