Kandinsky y su Cielo azul

Un recorrido hasta el punto culmine de su obra

La obra de Kandinsky es una obra distinta. Vale decir “un Kandinsky” para poder definir con ello todo un estilo en particular. La obra de este artista fue clave durante el siglo XX. Siglo en el que llegó su estilo como algo moderno, colorido y novedoso. Pero lejos de quedarse en patrones repetitivos este artista logró irnos impresionando con diversidad de obras que hasta el día de hoy son recordadas y resultan icónicas. Pudo varias entre colores, formas y conceptos de manera de poder representar desee el fondo del mar, una idea o un beso. Así de única es la obra de este artista.

Su vida

Vasili Kandinsky nació en Rusia, en Moscú específicamente en el año 1866. Allí vivió durante toda su infancia hasta que de joven decidió inclinarse por el mundo del arte.  A los años viajó a Múnich para instalarse allí y estudiar en una escuela de bellas artes alemana, hasta que la primera guerra mundial lo permitió y tuvo que volver a su querida Moscú. Desde allí comenzó sus primeras teorizaciones sobre el arte y empezó a recorrer un interesante camino en la docencia. De vuelta en Alemania formó parte de la prestigiosa escuela Bauhaus hasta que la segunda guerra lo volvió a mover. Finalmente se fue a Francia donde desplegó una gran carrera artística, académica y docente. Murió en el año 1944 a la edad de 77 años.

Sus etapas

La primera etapa que caracterizó la obra de Kandinsky fue una etapa que tuvo que ver con los paisajes y el expresionismo. Obras de paisajes tales como campos, ciudades y puertos describen los escenarios típicos de este artista. Sus pinceladas eran bien impresionistas, ágiles y fugaces se conjugaban para dar protagonismo a la naturaleza y la luz.

Posteriormente, en su segunda etapa pictórica obras como Fuga comienzan a surgir. Empiezan a aparecer más las formas geométricas y la abstracción, siempre mechadas de un distintivo uso de los colores sobre un fondo plano y el movimiento.

La etapa que le sigue, la tercera, es la responsable de obras como Cielo azul. Muchos la entienden como un momento culmine en su obra y donde fue integrando todos sus conceptos anteriores de color, abstracción y color. Sin duda fue una de sus etapas mas radicales y proliferas de las que se desprende su estilo muy particular.

Cielo Azul

En el Museo Pompidou de París se encuentra expuesta esta magnífica obra de Kandinsky. Se trata de un óleo realizado en el año 1940. Kandinsky la denominó Cielo azul pero perfectamente podría ser el fondo del mar. En esta obra se aprecian dos de sus últimos agregados: las figuras antropomórficas, perfectamente parecen criaturas marinas o moluscos, y el uso de arena que mezclaba con la pintura. En este gran fondo azul se representan dispersas pequeñas figuras coloridas y muy raras. Son atípicas y cuando se observa cada una en detalle parece que se trataron de figuras de la vida cotidiana como un arpa, un caballito de juguete o una medusa.

Composición VII

En la galería rusa Tretiakov se encuentra esta obra que resume mucho del estilo pictórico y espiritual del artista. No obstante, este óleo es, como lo dice su nombre, una composición pura de colores, líneas y formas que se conjugan para dar como resultado una obra confusa, pero vivida e intensa a la vez. En esta pintura Kandinsky ya anticipa el devenir de su estilo pictórico, y si bien la presenta como algo aislado luego, a futuro, se entiende que fue parte de los primeros momentos de su proceso y evolución artística.

Fuga

Fuga es sin duda una de las obras más importantes y reconocidas de Kandinsky. Este óleo del año 1914, es una mezcla de colores con formas definidas pero que a la vez se entremezclan entre sí. A la vez, la forma en la que utiliza el material es casi transparente, con lo cual muchas veces da la sensación de que se estuviera ante una pintura en acuarelas.

Todas estas muestran un estilo muy particular que define a Vasili Kandinsky. También nos permite comprender porque fue uno de los pioneros en el arte moderno, sin por ello ser el primero.