Israel, Chas de Chruz

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Nació en Buenos Aires, el 6 de julio de 1904. 

Desde joven abrazó el periodo de “Chas de Cruz” que se popularizó. Durante muchos hasta lograr la configuración de una personalidad cuyas características pueden considerarse singulares en todo sentido. puesto que desde los simples comentarios cinematográficos. pasando por la crítica que practicó con particular sentido hasta publicaciones especializadas, como el “Heraldo del Cinematografista” fundado en 1930, un semanario con información dedicada al gremio y a la industria, cada instancia en la cual tomó parte llevaba el sello de sus peculiares inquietudes en la materia. 

Pero sus aspiraciones estéticas habían trascendido mucho el ámbito del cine, al cual sirvió desde distintos ángulos, dado que no sólo trabajó arduamente para que el público pudiera ponerse en contacto directo con la realidad del séptimo arte, desde el punto de vista crítico e informativo, sino que también tuvo a su cargo la tarea de velar por los intereses generales de la nueva forma de expansión que tanto evolucionó desde que él comenzó hasta su desaparición. Con el objetivo de cumplir a fondo con esa tarea fue designado por el gobierno, en 1930, para estudiar la legislación cinematográfica en Europa y en los Estados Unidos, lo cual habla con elocuencia del lugar que ocupaba dentro del panorama fílmico de su época. 

El cine fue, quizás, la pasión dominante de su vida. En 1937, empezó a emitirse por Radio Belgrano, el Diario del Cine, de gran audiencia, que estuvo en el aire durante tres décadas consecutivas. ¡En ese mismo año dirigió la película, Segundos afuera!, en la que actuó Eva Duarte, y en 1948 intervino como actor en el film Corrientes, calle de ensueños. Fue co -argumentista del guión del film Apenas un delincuente (1949), dirigida por Hugo Fregonese. Se desempeñó como editor, director del Heraldo del Cinematografista, editor de Guía cinematográfica Heraldo, y director de la revista “Antena”. Fue secretario de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina y presidente de la Asociación de Cronistas Cinematográficos. Colaboró en “La Nación”, “Clarín”, “La Prensa”, “El Mundo”, “La Razón”, “Crítica” y otras publicaciones del país y del extranjero. Fue conferencista en instituciones culturales y comentarista de televisión en el programa “El Mundo del cine”. Visitó centros cinematográficos de todo el mundo, fue invitado a festivales internacionales e integró jurados cinematográficos en diversos organismos. Pero las aspiraciones de su espíritu lo llevaron a incursionar por campos artísticos como la literatura, en cuya práctica exhibió las mismas inclinaciones y valores personales que lo colocaron en un lugar poco frecuente dentro de su especialidad. 

Escribió varios libros de disímil estructura estética, como: El asesino de sí mismo (1929); Una hora de humor y otros relatos (1933); Hollywood al desnudo, la vidu de los astros y estrellas en el mundo del cine (1933). que representa una colección de premiéres y de primicias internacionales y Sus mejores crónicas (1937). Le siguieron: La butaca vacía y otros cuentos (1941); Filmación en la Cordillera (1943); Silencio. filmaciones! (1955); Aventuras de la picaresca porteña (1966). Con su nombre verdadero publicó: Judkins (1936).

Incursionó en el teatro con Las aventuras de Don Ceferino Siempreviva (El Marqués del Gran Abasto) (1934). Hizo su debut periodístico en Radio El Mundo, en 1960, con Suplemento semanal del Diario del Cine. Se cerró el itinerario periodístico cinematográfico de Chas de Cruz en 1968, a raíz de que le levantaran su programa de radio en enero de ese año. Había tenido problemas durante el peronismo con el periodista Néstor Tato y también con la autodenominada Revolución Libertadora. El 1° de febrero de 1968 puso fin a su vida arrojándose con su auto a la Dársena A de Puerto Nuevo. Fue un veterano periodista que dotó a su profesión tan compleja como esforzada de facetas tan múltiples y variadas.

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