Pintor. Nació en Buenos Aires, el 20 de agosto de 1894.
Era hijo de José Justiniano de Beristayn y de su prima Dolores Schultz Vivanco. Autodidacta, comenzó a pintar en 1918 y a exponer en el Salón Nacional de 1919. Cuando era adolescente lo atrapó la música, a la que se dedicó desde niño. Estudió violín y a los 16 años ingresó en medicina, la abandonó poco después. Viajó mucho y se interesó por todas las escuelas de pintura. Admiraba especialmente a Miguel Angel, Frans Hals, los primitivos italianos y Mantenga. En Buenos Aires cursó diplomacia y se graduó en ciencias sociales, estudió contrapunto, coleccionó porcelanas e incunables que fueron muy renombrados, El automovilismo y el yachting le interesaron también. Se destacó como retratista, pero otros géneros lo ocuparon y también en ellos manifestó su mérito como pintor, sustentado básicamente por la espontaneidad del trazo y por el impulso incontenible que originan las pulsiones. El poder de observación y el de síntesis lo destacaron, tanto como el dinamismo de sus imágenes.
En 1927, obtuvo el premio estímulo en el Salón Nacional, al año siguiente el tercer premio nacional y el primero municipal. Mereció la medalla de oro en la Exposición Internacional de París, así como el primer premio en la Exposición Internacional de Chile de 1939. Los años que van de 1938 a 1947 fueron ricos en muestras individuales, que complementa con conferencias y publicaciones sobre grabado, pintura y estética desde el cargo de director nacional de Bellas Artes (1931), de interventor y presidente del Teatro Colón y presidente del Instituto Cultural Argentino Sueco. Después de varios años en los que no expuso sus pinturas, hizo una muestra en la que se incluía un vitral para la iglesia sueca de Buenos Aires.
Sus distinciones honoríficas son sobresalientes y numerosas: la Gran Cruz de la Orden Española de Alfonso el Sabio: Gran Oficial de la Orden Sueca de Vasa, Gran Oficial de la Orden de Santo Sepulcro y comendador de la Orden Sueca de la Estrella Polar y de la Orden del Sol del Perú y Caballero de Gracia y Devoción de la Orden de Malta. En 1959, publicó Antropología de la pintura, en Buenos Aires. Figuras, paisajes, retratos, motivos de playa y escenas de disfraz fueron sus temas preferidos. Abundaba en la improvisación, porque escogía la espontaneidad al análisis, de ahí su frecuente uso de la espátula en lugar de los pinceles.
Estructuraba los planos en el afán de darle apariencia corpórea a las formas. Como señaló Pagano, fue a la organización de las formas por el color y omitió los detalles. Le bastaron la exactitud del tono de los valores. Murió el 15 de octubre de 1962. Casó con María Luisa de Anchorena Pico, con sucesión. Sus tertulias y comidas fueron célebres.