Ezequiel Martínez Estrada y su pluma antropológica
“Radiografía de la Pampa” es una de las mayores obras literarias que resultaron de este gran escritor argentino Ezequiel Martínez Estrada. Testigo de las primeras décadas del siglo XX en la Argentina, este escritor y poeta fue dueño de grandes obras, también ensayos, en los que desnudaba lo más profundo del “ser” argentino en aquella época. Casi que, con una pluma antropológica, brindó una radiografía única de aquella época y, adepto a ideas freudianas, también dio con dureza un panorama de lo que la mente argentina ya vislumbraba en aquella época. No ha de sorprender, entonces, que “Radiografía de la Pampa” refiera un poco a todo esto anterior, su nombre ya anticipa al lector.
Duro, agudo y muchas veces cínico, brindó su punto de vista de lo que en el país y en la sociedad veía, brindando una visión al margen del orden político y social imperante, fuera del partido que fuera. Esto hizo que quizás, muchas veces se ganara más enemigos que amigos, pero eso nunca le impidió escribir. Es más, sus ideas y su espíritu crítico pero neutral a cualquier partido político, fueron tan valorados, que su voz como pensador fue de las primeras en ser tenidas en cuenta en aquel entonces.
“Radiografía de la Pampa”
Promediaba el año 1930 y en la argentina ya se sentía un ambiente muy particular. Era una época próspera, de crecimiento económico, social y cultural. No obstante, el tinte cínico y negativo se vislumbra en esta obra de Martínez Estrada, en la que se descargó con todo lo que detestaba y vaticinaba para el pueblo argentino. Esta obra, que fue recibida con ciertos resquemores, no despertó grandes adeptos, pero si lo estaban haciendo sus poemas por los que había sido premiado con el premio Nacional de Literatura.
Escrito con amargura y no cierta ambigüedad, “Radiografía de la Pampa” tardó un par de años en agotarse. Fue recién, cuando la historia argentina fue acoplándose a estas líneas y cayendo en la circularidad decreciente a la que estaba, por su espíritu social determinado, que los lectores empezaron a verlo con otros ojos. Como aquel huraño pensador social, que, después de todo, algo percibió que no todos hacían.
Ezequiel Martínez Estrada
San José de la Esquina, aquel entrañable pueblo Santafecino, fue su lugar de nacimiento en el año 1895. Vivió allí un tiempo, hasta que sus padres se separaron y Ezequiel, el mayor de tres hermanos, se fue a vivir a Buenos Aires, junto con una tía. Su escuela duró lo que su situación económica le permitió, y al poco tiempo ya estaba trabajando y haciéndose camino por su cuenta. Autodidacta, por elección o por destino, las grandes obras y clásicos fueron su principal formación. El que moldearon su mente y su capacidad observadora y reflexiva.
Su camino fue el de un lobo solitario que desde joven se formó en las sombras, y si bien hizo grandes amistades en el camino de la literatura, fue un librepensador, como aquel antropólogo que en solitario observa, analiza y plasma. Su obra, no siempre comprendida, fue aún así premiada, recibiendo Ezequiel Martínez Estrada el Premio Nacional de Literatura.Ezequiel Martínez Estrada fue un observador de su época. Novelista, ensayista, poeta y pensador. Cínico, agudo y sagaz, siempre mantuvo con firmeza sus opiniones y convicciones. La historia le fue dando razón. Y lo que sus poemas lograron desde un principio: “Ne lifelibal”, “Oro y piedra” y “Argentina” sus ensayos como “Radiografía en la Pampa” lo lograron en décadas. Sea como fuere el tiempo le fue dando la triste razón.