Margaret Barker

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La vida doméstica y su interpretación simbólica

El mundo doméstico fue hegemonía del mundo femenino durante siglos. Un mundo silencioso y sigiloso de tareas, obligaciones y ritos que se sucedían y repetían día tras día. Una vida de mujeres y entre mujeres se iba construyendo entre bordados, cocina, limpieza y tareas domésticas de todo tipo. Y este mundo sigiloso nunca gozó de mucho esplendor ni reconocimiento. Pues en todo caso, lavar la ropa y tender la cama distaban mucho de tocar el piano, bordar o aprender latín. Esas tareas quedaban en el olvido, pero eran el sostén del hogar y el confort de muchos. No ha de sorprender, que la autora de este tipo de obras en la que realizaba las tareas domésticas a través de sus cuadros, haya decidido a lo largo de su vida irlos regalando.

Quizás esto último nos diga mucho de la obra Un día cualquiera en la que Margaret Barker decide retratar un poco de esta vida cotidiana. ¿Cuánto valor se darían estas mujeres en su estima? ¿Cuánto valor se dio Margaret Barker para decidir prácticamente rifar su obra?

Un día cualquiera

Un día cualquiera se trata de un óleo sobre lienzo que esta artista inglesa pintó en el año 1929. Es una pintura que realizó como parte de un trabajo mientras estudiaba bellas artes. Esta obra, prácticamente es de lo poco que se conserva de la artista. Muestra a un grupo de cuatro mujeres haciendo tareas domésticas. En el cuarto principal hay dos de ellas, juntas tienden las sábanas blancas de una pequeña cama de barrotes de hierro. A la izquierda un sofá y por detrás una gran mancha de humedad, la vida cotidiana en su máxima manifestación. Por detrás de este cuarto se observa un pasillo y una escalera en la que se encuentran otras dos mujeres realizando tareas. 

Nada en sus posturas, en sus rostros o expresión general nos habla de un clima alegre, de una mañana compartida entre mujeres de un lugar hogareño. Sino que más bien nos habla de una atmósfera psicológica de aburrimiento, de hastío y de opresión. Por detrás a lo lejos se observa una ventana que deja entrever un paisaje verde. Un árbol en el centro y un campo extendido bastante desolado. Verde y desolado, quizás como los corazones de estas cuatro mujeres.

Margaret Barker murió hace poco más de 20 años, en el año 2003. Y su pintura tuvo que ver con retratar la vida doméstica, la menos esplendorosa, pero en definitiva, la mas cotidiana de todas.

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