Wifredo Lam

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De cuba al mundo

Wifredo Lam fue un pintor cubano que trascendió barreras. Su origen diverso hizo que se marcara en su obra un tinte global y pluricultural único, pues el provenía de un padre chino, una madre afro europea y lógicamente tenía parientes cubanos. Esta herencia, sumado al hecho de haber nacido en Cuba y el haber vivido la mayor parte del siglo XIX hizo que su arte fuera evolucionando y modificándose constantemente, pero siempre manteniendo un estilo personal, exótico y único muy marcado. Él fue un crisol de culturas, de ritos, símbolos, etc.…y eso se plasmó en su arte.

Wifredo Lam y los surrealistas

Wifredo Lam fue un pintor claramente modernista. Pero al haber pasado por muchas etapas del siglo, también tuvo un periodo surrealista muy importante. Wifredo nació en Cuba y vivió allí durante muchos años, pero tuvo la posibilidad de viajar, estudiar y vivir en Europa, lugar donde fue muy bien recibido por los surrealistas. Artistas como André Bretón, o el mismo Picasso con quien tuvo una relación de mucha cercanía, fueron una gran influencia para él. A su vez, los surrealistas sentían que, con la llegada de Wifredo Lam al grupo finalmente alguien tenía el permiso para ser realmente “exótico”. Cabe recordar que, en aquella época, todo lo que provenía de América o de África causaba muchísimo interés en Europa. A su vez, algunos viajes que Wifredo Lam realizó a México le permitieron acercarse al estilo de los muralistas mexicanos, así como a Frida Kahlo.

Lo étnico y lo moderno juntos

Hablar de su obra es hablar de como confluyen lo étnico y lo moderno a la vez. Combinó el arte surrealista, con el cubismo, con lo moderno. A su vez plasmó desde máscara africanas, selvas, animales, ritos, símbolos etc….La santería cubana atravesó su obra, así como las ideas de Levi Strauss su amigo y antropólogo o el mismísimo Carl Jung. Su origen, sus viajes y el vínculo muy estrecho que formó con diferentes intelectuales de la época hicieron que Wifredo Lam pudiera encontrar su identidad en todo ese eclecticismo. Lejos de homogeneizarse con cada una de las corrientes que lo atravesaban, tomaba algo de ellas para conjugarlo con todo lo anterior. Su arte por ende es etnia, diversidad cultural, modernismo y fusión. Fusión de lo nuevo y lo viejo, lo de aquí y lo de allá.

“La mañana verde”

Es una de las obras de Wifredo Lam que más caras se ha subastado. Fue subastada a más de un millón de dólares. Realizada por este artista en el año 1943 se trata de un óleo realizado sobre papel que luego fue montado a tela. En esta obra se observa a una mujer, con enormes alas de ángel que salen de su espalda. Ella mira de frente y queda expuesta desnuda con un gran vientre de embarazada. Todo en la pintura induce a lo étnico, al simbolismo y al sincretismo. Con un estilo moderno y cubista, las formas son sintéticas pero claras. Por encima otra cabeza se asoma a la de ella. Parece que tuviera dos cabezas o que un hijo menor se le sumara. Los ocres y los verdes son los colores protagonistas de esta mañana verde que representan.

“La jungla”

Es otra obra que nos habla de la esencia de Wifredo Lam. Realizada en el mismo año que “La mañana verde” esta obra es de un claro corte cubista. Es más, mucho en ella nos remite a La Guernica de Picasso que este artista realizó unos años antes. En ella, de la misma manera que sucede con la pintura anterior, los ocres y los verdes se ven predominantemente en la escena y recrean el ambiente de la jungla. Pero en vez de matorrales se yuxtaponen cantidad de figuras humanas, de animales y también figuras bastante antropomórficas. Juncos, cañas, lianas y quien sabe más qué. Es una gran fiesta cubista de seres de todo tipo, con ojos grandes y facciones muy marcadas. También aparecen de repente máscaras indígenas como si de un rito se tratara. Las manos, pero sobre todo los pies tienen mucho protagonismo, a raíz del gran tamaño con el que los representó Wifredo Lam. Esta obra se preserva hoy en el Moma De Nueva York.

Wifredo Lam, este gran artista cubano, murió en el año 1982. Su estilo fue único y a través de su pintura, sus dibujos y su escultura supo llevar al mundo mucho de su esencia cubana y su herencia oriental y africana. Un crisol de culturas, de creencias, religiones y filosofías que se plasmaron a través del cubismo y del surrealismo. El nombre de Wifredo en realidad era Wilfredo, con una “l” en el medio. Pero al notarlo esa L se perdió. Y fiel a su estilo desde niño decidió adoptar y mantener ese nombre nuevo, distinto, atípico, pero suyo: Wifredo.

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