Mark Rothko

Mark Rothko es expresionismo y abstracción del siglo XX

Mark Rothko fue uno de los artistas y de los pintores modernos y abstractos que más fuerte influyó en la vanguardia del siglo XX. Fue uno de los primeros en animarse a un arte puro, sintético y simbólico a la vez, donde la estética y la simplicidad apuntan a elevar el juicio, los sentidos y la reflexión del que observa la obra de arte. Un artista que se fue haciendo a medida en sus décadas viviendo en New York y cuyo arte indiscutiblemente fue atravesando diferentes etapas hasta llegar a su etapa última, la más moderna y abstracta de todas.

Su vida

Mark Rothko es conocido como un gran pintor estadounidense. Pero más allá de que Nueva York terminó siendo su hogar y lugar donde se desplegó e hizo conocer como artista, lo cierto es que él nació en Letonia allí por el año 1903. Su nombre verdadero es Marcus Rothkowitz, y claramente el que usó luego fue una manera de facilitar y visibilizar su nombre como artista. Pero su llegada a Nueva York fue de niño como emigrante con toda su familia. Intentó abordar otros estudios de jóven, pero no fueron su vocación final. Recién para sus veinte se animó a aventurarse al arte y al mudarse a Nueva York encontró un lugar fértil donde prepararse y codearse con otros artistas modernos. De ahí surgió e inició una carrera única.

Las etapas de su obra

Mark Rothko era enemigo de los rótulos. Ser considerado un pintor abstracto era para él un insulto, pero es inevitable encasillarlo en ese estilo, sobre todo en una época en la que los cánones y las modas iban hacia otro lado. Lo cierto es que este pintor autodidacta inició un camino distinto cuando se radicó en la ciudad de Nueva York. Allí su arte fue incursionando por diferentes etapas, siempre guiadas por un espíritu libre y explorador.

En una primera etapa, se conectó con lo figurativo y lo surrealista. Realizando producciones del estilo de Entrada al subte de 1936.

En la segunda etapa, más por los años 40 comenzó a codearse con lo moderno y a jugar con el color, extendiéndose por toda la hoja y logrando transparencia y colores muy difuminados. Cabe citar de esta década obras como Naranja y amarillo. 

En su tercera etapa, sus cuadros eran abstractos y modernos, tal como se lo conoce hoy. De esta época se desprenden obras como Naranja, amarillo y rojo o la obra sin título en colores negros. Esta fase se caracteriza por las formas geométricas y los colores puros.

Su cuarta etapa tiene que ver con una aspecto religioso, y aquí se lo puede asociar mucho con el arte de Jackson Pollock. Un arte que sumerge al espectador en las vivencias propias del artista y del que observa. Obras de gran tamaño y de gran sentido abstracto, religioso y espiritual casi como si fuera un ritual. En el transcurso de esta época es su famosa capilla. Incluso aún esta última en la que se la considera tan abstracta también podría estar asociada a cuestiones de su infancia en la que en su país de origen vivenció algunos actos de violencia contra su comunidad judía.

Entrada al subte

En esta obra del año 1936 se observa en la obra una persona descendiendo las escaleras entrando al subte. Una escena típicamente neoyorquina. Una obra expresionista, sintética, con pocos detalles y mucho color. El descenso le da a la imagen dinamismo y cierto atractivo visual en el que la mente del espectador viaja hacia donde desciende el transeúnte. Los colores no son azarosos, se van repitiendo en diferentes sectores de la obra para otorgar equilibrio y composición.

White center

Es una obra de Mark Rothko del año 1950. No es el cierre de sus etapas, pero ya en esta pintura se puede observar una abstracción y modernidad puras, mezclada con una búsqueda de profundidad y de significado. Aquí el color más puro y nuestro es el centro de la escena y el título de la obra. Los otros colores que lo rodean en forma de tiras simétricas, colores fuertes y estridentes no opacan su pureza. Una connotación claramente religiosa.

La obra de Mark Rothko marcó un hito dentro del arte, pudiendo sintetizar abstracción y profundidad simbólica en un solo acto.