El artista del siglo XVI que pintaba al campesinado
En el siglo XVI los pintores miraban hacia otro lado. La mitología griega, las imágenes religiosas, las escenas bíblicas o la vida de los palacios aparecía en los cuadros. Los paisajes también eran motivo de interés para los artistas, pero sí aparecían retrataban a bellas y elegantes amas de las clases altas paseando con sus carruajes y caballeros. Poco aparecía la gente común, los trabajadores, el proletariado o los campesinos. Y si aparecían quizás, de fondo como quien no quiere la cosa, era por un tema netamente ilustrativo. Pero Pieter Brueghel, que fue conocido como “el viejo”, cambió esto radicalmente. Él si se interesó por la gente común y corriente. Se interesó en ellos mientras vivían su vida común, como trabajaban, como vivían e incluso como eran sus festejos y momentos de ocio. Puede decirse que en cierta medida era un antropólogo social.
El viejo y su estilo
Pieter Brueghel solía realizar pinturas sobre tablones de madera. Con un estilo sencillo y colorido el apuntó a pintar tres temas principales. Lo que puede sintetizarse del estilo de este artista es que revalorizó tres cuestiones fundamentales. La vida de la gente común, sus festejos, tradiciones, intereses y sacrificios. El paisaje, no ya como fondo y como una mera cuestión decorativa sino como protagonista, el paisaje podía ser para Pieter Brueghel él tema del cuadro. Y también le interesaron durante gran parte de su vida y obra los temas del apocalipsis. Los cazadores de la nieve es justamente una obra maestra de Pieter Brueghel que resume los dos primeros temas de interés: los campesinos y el paisaje.
Los cazadores sobre nieve
Los cazadores de la nieve es una bellísima obra que este artista pintó en el año 1565. Se conserva hoy en el Museo de Arte de Viena. En esta escena se puede observar, como si se estuviera de lejos y a modo de vista de pájaro a un grupo de campesinos trabajando en la nieve. Ellos se encuentran enmarcados en un gran paisaje blanquecino, nevado y frío. Los árboles verticales, rectos y paralelos entre sí, van fragmentando la escena generando una interesante composición. El contraste entre el blanco de la nieve y los árboles y las figuras más oscuras ayuda a acentuar este punto. El paisaje y la lejanía con la que “El viejo” pinta a las figuras, hace que este sea tan protagonista como las personas que representa.
Pieter Brueghel vivió entre los años 1526 y 1569 en Bruselas. Se le reconocen otras grandes obras como Los proverbios flamencos, La boda campesina y Caída de los ángeles rebeldes.
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