Y la difícil comprensión del “Regreso del hijo pródigo”
Si hay parábolas de difícil comprensión dentro del cristianismo, “La parábola del hijo pródigo” es una de ellas. Es una de las parábolas más complejas, porque invita al lector y al creyente, a atravesar el perdón y los celos en una misma expresión. La sensación de injusticia, el deber ser y la honestidad versus el libertinaje y el despilfarro, la rivalidad y el amor de padre, todos sentimientos entremezclados en una misma escena. Estos mismos sentimientos con los que se confronta el lector, son los mismos sentimientos con los que batalló Rembrandt, y su pintura “El hijo prodigo” fue su intento por entender un mensaje tan complejo y profundo de Dios.
El verdadero nombre de Rembrandt es Rembrandt Harmenszoon van Rijn. En la vida y en el arte si hizo conocer simplemente como Rembrandt. Ha sido uno de los más grandes pintores y también grabadores de la historia del arte. Nació en los Países Bajos en el año 1606 y vivió hasta sus 61 años. Fue uno de los mas grandes retratistas de su época y sobre todo es valorado hoy por su capacidad tan humana y particular de hacerlo. Con un gran conocimiento del espíritu humano, fue un maravilloso retratista, auto retratista y representador de escenas bíblicas. “El regreso del hijo prodigo” es sin duda una de ellas. La pintura de Rembrandt se estima en más de seiscientas pinturas y mas de dos mil dibujos. También fue autor de un centenar de grabados distribuidos por el mundo. Lo que mas maravilló de la obra de Rembrandt fue su capacidad para representar y fusionar en una misma imagen, en una misma escena lo terrenal y lo celestial. Lo físico y lo espiritual. La emotividad de sus escenas es acentuada con un uso único de las luces y las sombras, logrando claroscuros cargados de gran dramatismo y permitiendo al espectador hacer foco en lo mas importante de la escena.
La obra
“El retorno del hijo prodigo” es una obra que Rembrandt realizó alrededor del año 1662. Se trata de un óleo de grandes dimensiones que mide 262 por 205 centímetros aproximadamente. Se encuentra conservada hoy en el prestigioso Museo del Hermitage en San Petersburgo, Rusia. En cuanto a la escena, se observa en primer plano e iluminados al padre y al hijo menor. Él arrodillado, en un arrepentimiento sincero. Se lo ve sucio, descalzo y rapado. Denota cansancio, abatimiento y necesidad de sosiego. Otras personas observan la escena y por detrás el hijo mayor presencia ese acto desde lejos y con profundo dolor.
Los claro oscuros, típicos de Rembrandt, y los juegos de luces, acentúan el toque trágico de la escena. Todas las emociones a flor de piel, disueltas en el aire. El arrepentimiento, la humillación, la alegría, la reconciliación, el perdón, los celos y la sensación de injusticia. Todos se muestra a través de la luz y la sombra de este gran artista quien era un experto en retratar a las personas y el alma humana.
El pasaje
La parábola del hijo prodigo se encuentra en el evangelio de Lucas (15:11-32). Cuenta la historia de un hombre que tenia dos hijos. El mayor, el cumplidor y siempre responsable quien decidió permanecer y trabajar arduamente junto a su padre. El menor pidió su herencia y se fue despilfarrando en una mala vida la herencia familiar. En la escena se ve el momento en el que empobrecido y arrepentido vuelve. El padre feliz por el arrepentimiento de su hijo decide celebrarle un gran banquete. El hijo mayor dolido, le recuerda que él nunca dejo trabajar y sin embargo no ofrecían banquetes para él. A lo que el padre responde: “Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque éste, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.”
Hay temas que difícilmente tengan un único enfoque, y las parábolas nos invitan nuevas maneras de comprender muchos de los sentimientos que aquí se evocan. Frente a las limitaciones de la palabra, del dialogo y del entendimiento racional, el arte se erige como un medio indiscutible para sublimar o representar aquello que nos pasa y a veces duele. Esta magnífica obra, con sus sutilezas, sus claro oscuros y sus juegos de luces, buscó transmitir lo que cada uno de sus tres personajes vivió. Quizás, una manera de entender y transmitir la visión abarcativa de Dios.
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