Edóuard Manet

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El impresionista que se codeaba con los escalafones más bajos de la sociedad

Édouard Manet no fue un impresionista clásico. Su interés tuvo que ver más que todo con los retratos, retratos que realizó con una pincelada clara y contundente, repleta de realismo y detalle. Pero eso no es todo, Manet, a diferencia de sus contemporáneos tenía un interés muy particular por pobres y mendigos, por segregados sociales y por las prostitutas. Quizás mucho de esto fue producto de los lugares que frecuentaba, bares, cafés, tertulias y prostíbulos. Le gustaba la noche parisina, de eso no había dudas. Pero este pintor francés también tenía una inclinación y sensibilidad social muy marcada, producto de no sentirse él del todo comprendido.

Édouard Manet vino de una familia acomodada que quiso a toda costa que él ejerciera, como era estipulado, la carrera de derecho. Pero el mandato familiar no pudo forjar ni su fuerte y complejo carácter ni su marcada vocación. Motivo por el cual, al poco tiempo de comenzar sus estudios en derecho, abandonó. El mundo del arte fue su elección y desde allí y hasta el final de sus días eligió este camino.

Édouard Manet se caracterizó por tener un estilo claramente impresionista. Pero lejos de salir hacia los paisajes y la naturaleza, el mundo interior, los recintos iluminados y la vida social parisina llamaron aún más su atención. Tenía un interés y una facilidad muy marcada por representar retratos y diferentes escenas. Escenas que logran enmarcar y describir toda la situación y la psicología de sus personas. Transeúntes, actrices, cantantes, prostitutas, españoles y personas de todo tipo quedaron capturadas por óleos y pinceladas. Y con su gran facilidad, ojo crítico y sensibilidad de un ser complejo y algo oscuro, lograba describirlos como si de el análisis de un antropólogo se tratara. 

Édouard Manet representó en muchas ocasiones a personas en situación de calle, mendigos y prostitutas. Pero lo hizo siempre con gran seriedad y respeto, buscando ser realista, mostrando su condición, pero sin crítica alguna. Algunas de sus obras de este estilo ameritan ser analizadas más en detalle. En muchas de ellas Manet representaba abiertamente a sus personajes sin tapujos. Queriendo representar y desnudar la realidad social. En otras ocasiones, más disimuladamente, o simbólicamente, reemplazando personajes de clase alta o mitológicos por prostitutas.

“Olympia”

“Olympia” es un óleo sobre lienzo que Manet realizó en el año 1963. Un cuadro que sin duda causó muchas críticas, puesto que decidió representar una prostituta como si de una diosa griega se tratara, desnuda, altanera y provocativa. Ella se encuentra recostada en una cama sobre sábanas blancas. Una cinta negra de terciopelo decora su cuello y una flor en su cabello completan el estilo. La criada, conocedora de lo que acontece, acerca unas flores, con cara de suspicacia y escándalo a la vez. La luz, excelentemente manejada, ilumina a la protagonista. Detrás cae un pesado telón de fondo que desaparece en las sombras, como si de un teatro se tratara.

“El bebedor de absenta”

En esta obra, su gran obra que lo llevó a iniciarse en el camino del arte reconocido, Édouard Manet representa a una de las clásicas figuras con las que solía encontrarse en los bares y cabarets. Un bebedor empedernido, erguido a pesar de la borrachera. Se dice que es un retrato de un hombre llamado Collardet, conocido por frecuentar bares. Con una gran galera, una capa que lo envuelve y una botella tirada en el suelo que delata los restos de su vicio.

“Mendigo con ostras”

“En mendigo con ostras” aparece otro de los clásicos de Édouard Manet. Esta vez un mendigo. Con barba desaliñada, un sombrero hacia un costado y una gran túnica azul que lo cubre aparentemente del frío. Nuevamente en este retrato aparece la típica iluminación de este artista en la que parece que un gran reflector dramático ilumina de lleno a su protagonista mientras que todo el fondo queda suspendido en las sombras. Las ostras, detalle de naturaleza muerta en la parte inferior derecha, restos de una alimentación pasada que ha tenido la suerte de tener este buen señor. Este óleo sobre lienzo fue realizado en el año 1867.

Estas y tantas obras más representan el estilo y el interés social de este particular y reconocido artista. Manet tenía un ojo crítico y una pincelada aguda que le permitió ser autor de este tipo de retratos por los que fue y es mundialmente conocido.

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