Buena suerte

Romanticismo y heroísmo en la obra de un pintor inglés

Buena suerte es una lindísima obra que se desprende del arte de un gran artista inglés, Edmund Leighton. En esta obra, como en todo el estilo de su artista, se desprende romanticismo, realismo, detalles y se tratan temas como el amor, la valentía y la entrega. Temas que realzan el espíritu medieval, frente a un mundo que frente a la velocidad de los cambios y de la industria, abandonó los tiempos pasados y los valores antiguos para adentrarse a nuevas formas de vincularse y consumir. Una obra de una realidad única, plagada de detalles en la que su autor dedicó muchísima entrega también.

Edmund Blair Leighton

Edmund Blair Leighton nació en el año 1853. Desde muy pero muy niño su inclinación por el arte fue marcada y también lo fue su don. Diferentes cuestiones familiares que rondaban entre los mandatos y lo económico hicieron que debiera trabajar de otra cosa. Aun así, después de largas horas de trabajo se adentró a los estudios en la ciudad de Londres y fue formando una gran carrera pictórica, exponiendo en diferentes galerías artísticas y convirtiéndose en un gran pintor. Su estilo profundizó su amor por la vida antigua, destacándose en sus obras una impresionante capacidad de detalles, el manejo de la luz y la perspectiva. Su obra es caracterizada como romántica y caben citarse obras de su autoría como Buena suerte, En el umbral de una proposición, Bordando el estandarte y La investidura.

Buena suerte se llama en inglés en realidad Goodspeed y es una obra que fue realizada en el año 1900. En esta pintura se observa a una doncella que está despidiendo a su amado caballero que está partiendo a la guerra. Se trata de una pintura que destaca los valores de la valentía, la entrega y el amor. Desde lo pictórico, es una obra que atrapa por diferentes motivos. El nivel de realismo y de detalle es realmente único. Desde el pelo de la mujer, la trama de sus vestidos, hasta los reflejos de su piel y nudillos. En una escena se la observa a ella sobre unas escaleras vistiendo un elegante vestido color natural y el pelo largo y suelto por detrás. Por delante, en su caballo y con la armadura, pase quien sería su amado quien la observa seriamente, es una clara despedida antes de la guerra. Ella le ata sobre su brazo derecho una gran tela de color rojo, para que le de suerte.

Esta como tantas obras de Leighton son un culto a la elegancia, el romanticismo, el amor y la caballerosidad.