Su aspecto escultórico
Modigliani fue uno de los pintores y escultores más importantes que se desprenden de un convulsionado siglo XX. Y cuando se analiza lo pintoresco de esta época, Modigliani es sin duda un aspecto a tener en cuenta. Dueño de una personalidad tormentosa, cambiante, pasional, creativa y querida, Modigliani se hizo camino en el arte siguiendo un estilo nada más que propio. Se puede hablar de “un Modigliani” sabiendo que nos hacemos referencia a sus particulares desnudos largos. Si bien breve, pero intenso, su aspecto escultórico también merece la pena ser analizado. Quizás menos prolífico y conocido que sus pinturas, pero sin duda una época creativa y plena también.
Modigliani y su vida
Amedeo Modigliani nació en el año 1884 en la ciudad de Livorno en Italia. Provino de una familia bien constituida, con padres judíos muy bien formados en idiomas e ideas intelectuales. No obstante Amedeo Modigliani siempre intentó hacer correr los rumores de una procedencia mucho más aristocrática, pudiente e iluminada, como si algo de su personalidad un poco megalómana y narcisista se vislumbraba. Si bien desde los catorce años comenzó su educación más abocada a las artes, fue su viaje a París, pasados sus veinte años, los que le otorgaron dos cosas: una vida centrada en el arte, una vida sin límites y plagada de excesos. Murió pasados los treinta años, víctima de una tuberculosis, con lo cual fueron casi quince años en París de vida artística. Propenso al alcohol y a una vida de descontrol, sin embargo, produjo varias obras y un gran historial de amigos que lo quisieron,
Su estilo en la pintura
Modigliani sintió siempre gran preferencia por los desnudos. Sus figuras eran llamativas y muy alargadas. Todo en sus retratos era largo, los rostros, las facciones, las manos, cuerpo y piernas.
Su estilo en la escultura
Modigliani se tomó todo tipo de licencias. En realidad, no es que se tomó licencias, sino que más bien tuvo una personalidad poco adepta a reparar en cánones o reglas. Por ende, la escultura no iba a ser una excepción. Tampoco fue una excepción a esto la pintura. La escultura de Modigliani guarda mucho parecido con la particular obra pictórica de este artista: preferencia por los desnudos y una tendencia muy marcada y exagerada de realizar y alargar las formas humanas, en cada uno de sus aspectos y detalles. Esto, sumado al material con el que realizaba las esculturas y al hecho de que fueran en tres dimensiones, les daba a sus obras un aspecto primitivo. Se dice que Modigliani comenzó a realizar esculturas en el año 1909. Pero este período duró poco, pues con el tiempo sus amigos comenzaron a reírse de ellas. Modigliani en un rapto de furia, cosa usual en él, decidió arrojarlas al agua de los holandeses de Livorno. Con lo cual él mismo en el año 1914 dio por terminada esta fase de su carrera y desde allí se dedicó enteramente a la pintura.
Cabeza de mujer
Esta obra fue realizada en el año 1912 y es una obra característica de Modigliani de lo poco que se pudo conservar de este fugaz período. Tal como sus otras esculturas, esta cabeza está realizada en piedra arenisca, una piedra blanca y porosa sobre la que él disfrutaba trabajar. Esto acentúa aún más el tinte prehistórico. Se trata de un rostro con una nariz alargada. Esta mujer presenta los ojos almendrados, como achinados y la pupila es reemplazada por una fina línea. La boca es muy pequeña y el pelo presenta una serie de arabescos que harían sus veces de rulos. Las orejas son grandes y alargadas también.
Esta obra está apoyada sobre un pequeño peldaño como agregado posteriormente. La obra en general se encuentra sin pulir con lo cual existen algunas teorías que apuntan al hecho de que quizás esté inconclusa.
Cabe aclarar que la mayoría de las esculturas que se conservan hoy de Amedeo Modigliani son de rostros. Este período corto, se debe en parte a esta burla que habría llevado a Modigliani a destruir gran parte de ellas arrojándose al agua. Pero también otra teoría, muy convincente, a decir verdad, apunta al hecho de que la arenisca del material con el trabajaba era perjudicial para Modigliani quien ya estaba sufriendo los estragos de la tuberculosis.
Un período breve fue la escultura de Modigliani del que hubiera sido agradable tener más obras de él.
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